Solemos pensar que un líder es alguien a quien un grupo está siguiendo, y es por esto que el reto actual es lograr un cambio de actitud en los empleados y/o colaboradores que pertenecen a la empresa. En este sentido la atención de un director “eficiente” se centra entonces en el desarrollo de estándares que promuevan la aparición de cambios de actitud (cambio de mapa mental en sus empleados).

Desde Ballester queremos compartir con usted aquellos factores que resultan de gran utilidad a la hora de lograr cambios de actitud en grupos de trabajadores.

El desencadenamiento de las reacciones que señalaremos a continuación fortalece el resultado dentro de cualquier cadena productiva:

Los empleados son los actores principales en la jornada de trabajo. Es materializando, despertando, aprovechando, administrando, guiando a los individuos, cuando vamos a lograr el éxito dentro de la organización. Más allá de generar resultados económicos (necesarios para la autosostenibilidad de cualquier empresa), también deben procurarse resultados relacionados más hacia el impacto sobre el entorno (visto en la capacidad de desarrollar los valores originales del individuo que coexisten en espacios compartidos), que no es más que un modelo de convivencia menos egoísta al actual.

El trabajo es el espacio compartido que todos requerimos para subsistir, y es lo más importante ya que la destrucción del mismo representa la destrucción del todo. Somos individuos capaces de asumir retos y vencerlos gracias a nuestros talentos individuales.

El modelo que se mantiene vigente en muchas compañías nos entrega una imagen distorsionada del sistema. Todos los empleados, sea cual sea su nivel dentro de la empresa, son más que sólo un recurso requerido y explotado por el sistema de producción. Esta visión nos ha llevado a crear niveles de producción que están impactando las sociedades y el medio ambiente de manera muy negativa.

Empleado, líder

Esta filosofía debe desaparecer para dar paso a la figura del empleado como un individuo que entiende que el cambio es una consecuencia de respetar una rutina diaria la cual le permite ser parte de un sistema que fortalece la toma de decisiones en beneficio del colectivo. Empleados que sean personas responsables con su entorno, eficientes en la administración de los recursos que estén bajo su responsabilidad, talentosos para crear rutinas que permitan la reproducción y repetición de sus tareas; un empleado inteligente para demostrar que desde su individualidad aporta al equipo mostrando disciplina en la ejecución de su rutina diaria.

En nuestra empresa cada empleado atiende su área de responsabilidad, e interactúa positivamente con el resto de las áreas. La misma filosofía empresarial que se maneja dentro de Ballester es reaplicable en entornos más íntimos como la propia comunidad o la misma familia. Es necesario poner en práctica modelos de convivencia más alineados con el respeto hacia la vida y hacia relaciones amigables con el entorno.

En Ballester consideramos que nuestro talento no es más que el resultado de un equipo de empleados convencidos de que su tarea debe ser ejecutada con pulcritud y disciplina para garantizar la autosostenibilidad y la sustentabilidad (resultados económicos e impacto en el entorno positivos). Que el organigrama empresarial no inhiba el protagonismo y la creatividad, ingredientes fundamentales de todo ser humano.