El calentamiento global y el cambio climático, ideas inicialmente propuestas por John Tyndall y Svante Arrhenius hace más de un sesquicentenio, son hoy en día una realidad de la que no sólo los científicos son conscientes, sino que ha trascendido hasta el público general, las esferas de gobierno y, por ende, al tejido industrial y mercantil a nivel mundial.
La preocupación por el efecto invernadero y sus consecuencias, promovida por las elevadas emisiones de gases como el dióxido de carbono, el metano o los óxidos de nitrógeno, han llevado a los gobernantes a establecer cuotas de emisión y penalizaciones a aquellas industrias que superen los límites estipulados. Dichos límites son cada vez más estrictos y obligan a un constante desarrollo de las tecnologías relacionadas con el filtrado y neutralización de los residuos peligrosos, siendo por lo general más recomendable externalizar estos servicios a empresas de gestión, las cuales tienen una amplia experiencia en estos asuntos y ofrecen soluciones profesionales a problemas que a priori podrían parecer difíciles de resolver.
La reducción de residuos innecesarios o el reciclado de aquellos que sea imposible no generar resulta en la disminución del volumen de los vertederos. Los vertederos son una de las principales fuentes emisoras de metano. Este gas de efecto invernadero se genera cuando los desechos comienzan a descomponerse en un entorno húmedo. El metano escapa entonces a la atmósfera, constituyendo cerca de un tres por ciento del total de gases perniciosos emitidos por los países desarrollados.
A parte de los vertederos, los combustibles fósiles utilizados en industria son otro de los culpables habituales. La mayoría de ellos contienen concentraciones de nitrógeno que no pueden ser pasadas por alto. Durante la combustión, el oxígeno del aire reacciona con el nitrógeno para formar ácido nítrico y óxidos de nitrógeno superiores. Estos gases, además de insalubres, favorecen el incremento de la temperatura del globo terráqueo al no dejar escapar los rayos solares, contribuyendo sobremanera al cambio climático.
En cualquier caso el protagonista principal es el dióxido de carbono, componente principal de los humos de combustión liberados al ambiente por todo tipo de industrias junto con el vapor de agua. Los esfuerzos para minimizar su dispersión atmosférica son objeto de constante evolución. Este es uno de los principales frentes para los cuales las empresas de gestión de residuos están capacitadas, siendo posible obtener orientación y soluciones para conseguir ventajas fiscales mediante la reducción de las emisiones.
Finalmente no podemos dejar de comentar los efectos adversos que los vertidos, intencionados o no, en el medio natural pueden tener. Los agentes químicos nocivos tienen la capacidad de erradicar la vida de ríos y campos con aterradora velocidad. Las grandes cantidades de materia orgánica muerta que se generan pueden llegar a aportar cantidades no despreciables de gases de efecto invernadero, sin mencionar el tremendo impacto sobre la vida y la biodiversidad.
Contar con los servicios especializados de una empresa especialista en la gestión de residuos peligrosos como VBR Reciclados le puede ayudar no sólo a reducir los tipos impositivos a los que la industria se ve expuesta sino también a generar una imagen corporativa medioambiental y socialmente comprometida, así como evitar daños irreversibles en el entorno que mermen nuestro patrimonio natural.