Desde Ballester te aconsejamos 8 distintas alternativas para que sigas siendo ecológico mientras disfrutas del verano.

El verano está por comenzar y por consiguiente las vacaciones de muchos. La idea es que nuestros hábitos amigables y respetuosos con el medio ambiente nunca se vayan de vacaciones. Disfrutemos de unos días de descanso sin dejar de cuidar nuestro entorno natural y ecosistema.

1. Reducir, reutilizar y reciclar

No dejemos atrás estas tres actividades dentro de nuestro consumo responsable.

En la época veraniega podemos continuar con estas tres prioridades. Cuando hablamos de reducir nos referimos a consumir sólo lo necesario, cuando mencionamos reutilizar estamos haciendo alusión al reaprovechamiento de los productos que adquirimos para así darles una vida útil más larga, y al señalar el reciclar pretendemos mostrar a modo de recordatorio, que durante las vacaciones y festividades, el consumo aumenta y por ende aumenta a su vez el número de residuos, los cuales han de ser depositarlos en el contenedor correspondiente.

2. Tomar las precauciones necesarias ante las olas de calor

Podemos aminorar los efectos del calor propio de esta estación de forma ecológica, suponiendo esto muchas veces el ahorro de dinero. Por ejemplo, el utilizar ropa ligera, beber bastante agua y comer frutas, así como mantener ventilados los espacios a las horas adecuadas (a primera hora de la mañana y luego en la noche), para evitar que entre el calor, usar ventiladores en lugar de aires acondicionados, etc., son todas opciones pertinentes y que resultan siempre acertadas.

3. Ir a la playa

Las playas son uno de los grandes atractivos de España que debemos conservar. Como visitantes podemos reducir el impacto ambiental tan sólo con el hecho de recoger los residuos para su posterior reciclaje.

4. Viajar a espacios naturales

Para los adultos no cabe duda de que la naturaleza es una fuente de paz, tranquilidad, y diversión si se quiere. Los entornos naturales forman parte protagonista en los planes de verano; bien sea que visitemos un espacio natural protegido, un parque natural, o una reserva forestal; es imprescindible comportarse de manera armoniosa con el medio ambiente para evitar su deterioro.

Varias acciones con las que podemos dar nuestro aporte serían: utilizar un medio de transporte sostenible (bicicletas, vehículos eléctricos, transporte ferroviario, autobuses y autocares), respetar el espacio natural obedeciendo las normas de no hacer fuego, no arrojar residuos, y no molestar a las especies autóctonas, por ejemplo. Cosas de sentido común en realidad.

5. Contratar una estancia de turismo ecológico

El ecoturismo, propone una alternativa a los destinos turísticos convencionales. Su oferta es muy variada: para amantes de algunas especies animales; para amantes del deporte de aventura; o simplemente para aquellos amantes del esparcimiento en familia en un entorno rural que propicia el descanso rodeado de pura naturaleza.

6. Enviar a los hijos a un campamento de verano

Cuando llega el verano llegan las vacaciones, y los campamentos son una posibilidad para que niños y jóvenes disfruten mientras aprenden e interiorizan el respeto a la naturaleza. También contamos con las actividades de diversas organizaciones conservacionistas dentro del marco de entornos naturales espectaculares.

7. Practicar el voluntario ambiental

Bien sea que vayamos de vacaciones a la playa o a la montaña, lo importante es hacerlo de forma solidaria. Hay ONG ecologistas, instituciones y entidades bancarias que ofrecen programas de voluntariado con el objeto de sensibilizar al ciudadano para que se sienta comprometido con el entorno en el cual vive y tome un papel protagonista en acciones que persigan como objetivo el ayudar a conservar y recuperar aquellos espacios naturales que no reciben suficientes recursos.

8. Disfrutar de las actividades cercanas

No siempre hay que viajar fuera de nuestro entorno habitual para disfrutar del verano. Una forma sencilla de pasarla bien es aprovechar al máximo las distintas actividades culturales, ambientales, y gastronómicas que se presentan en estas fechas y que no siempre nos resultan fáciles de disfrutar durante el resto del año.

Basta con conocer un poco la ciudad para uno mismo organizar nuestras propias actividades (paseos en parques urbanos, paseos en bicicleta, visitas a jardines botánicos, etc.). Para aquellas personas que no conozcan tan bien sus ciudades por llevar poco tiempo residiendo en éstas, las instituciones locales y provinciales responsables de cultura y medio ambiente manejan siempre información a la mano para ofrecerla a quien la solicite.

¡Feliz comienzo del verano 2018!